Hace algo más de una semana viví una de las situaciones más cómicas que he visto en un campo de fútbol. Como cada partido en el Calderón, ahí estábamos mi padre y yo, viendo cómo el Atleti intentaba ganar un partido (en este caso contra el Valencia), que al final perdimos.
Alrededor del minuto 80, cuando todavía íbamos 1-1, la gente empezó a irse. Nosotros también solemos hacerlo, pero como era sábado y el partido había sido pronto, nos quedamos un poco más. El caso es que un señor de unas 10 filas más adelante empezó a subir las escaleras con su hijo para irse.
Lo extraño fue cuando la gente empezó a darse la vuelta gritándole... Yo ya pensaba que se iban a pegar (que los ánimos están muy tensos últimamente), pero no. Resulta que se había olvidado de su otro hijo. El fútbol tiene estas cosas cuando hay tensión, que en cualquier momento te saca una sonrisa...
Como dijo Bill Shankly: "El fútbol no es cuestión de vida o muerte, es mucho más que eso".