Ir al gimnasio

Ayer fui a un gimnasio del barrio para preguntar por sus tarifas. Aunque era bastante más barato que el mini-gimnasio al que fui hace unos 6 años, creo que he decidido prescindir de él. Echando cuentas, creo que de momento, una media de 400€ al año para seguir haciendo mi dieta alta en calorías, no me compensa.

De hecho, no me hizo falta ni que me diera la tabla de precios para tomar la decisión. El olorcillo que inundó mis fosas nasales nada más entrar me echó para atrás. Creo que este olor podría ser incluido en la paleta de olores característicos, junto al de los hospitales o el de las mozas que apestan a pachuli.

Además, cuando uno va a un gimnasio, es raro que no se autoimponga una dependencia de ejercitarse, sintiendo la necesidad de ir a la sala durante todos los días. El día que no vas, te falta algo.

Así que, de momento, seguiré haciendo "footing", "running" o como lo queráis llamar, aunque lo que yo hago más bien es "trotting". Este será el método para intentar evitar mi expansión infinita :).

Además, de momento, mientras no se valore pagar por circular por las aceras, es gratis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario. Lo responderé en la mayor brevedad posible.