De manera completamente definitiva puedo decir que se acabaron los exámenes escritos hasta que yo quiera... ¡¡He aprobado todas las asignaturas!! Ahora "solo" me falta el proyecto para ser por fin ingeniero.
Pero no ha sido sin sufrimiento ni suspense, tal y como suponía. De hecho, el lunes de la semana pasada, cuando salió la nota de la segunda de las dos asignaturas que tenía para este septiembre (ya hablé de esta asignatura aquí y aquí), pude ver un bonito 4.5. Fue un momento de desesperación, de no saber qué hacer, de sudores fríos, de depresión, de ver que eres el suspenso más alto, de pensar que me quedaba al menos un año para acabar la carrera (porque esta asignatura es de segundo cuantrimestre)... Fue un día malísimo, como hacía mucho tiempo que no pasaba, pero al día siguiente ya estaba algo más animado. Tiendo a ver siempre el lado bueno de las cosas cuando son malas, y el lado malo cuando son buenas. Es una manera de intentar equilibrar mis emociones, de evitar ser bipolar... Ya había empezado a hacer planes si tenía que tomarme un año "medio sabático"...
Me apunté a la revisión el jueves por la tarde (también había una sesión el viernes por la mañana), pero tenía que acabar con todas las posibilidades cuanto antes. Y una vez que me dieron el examen, se me cayó el alma a los pies. Las puntuaciones sobre 20 de los 5 ejercicios eran: 20, 11, 6, 3, 5... Empezamos fenomenal y acabamos tirando todo por la borda... Cuando vi que todo estaba bien sumado me puse a repasar los ejercicios... Y vi la solución en el cuarto, creo que ese 3 era un poco corto (que no injusto). Se notaba que no tenía ni idea del tema, pero el proceso estaba bien, y había cosas rodeadas que no estaban mal, así que pregunté por qué profesor había corregido ese ejercicio... Y me encontré con mi viejo amigo del que hablé en este post. Por mucho que intenté presionar, vi que no estaba por la labor de hacer nada (y por supuesto objetivamente con razón), así que volví a mi sitio. Seguí mirando el examen por un lado y por otro, y no encontré nada, así que decidí entregar el examen. Pero cuando me estaba levantando pensé: "Ya qué más da, si cuela cuela", y pregunté por el último ejercicio. Ahora me encontré con otro profesor, al que le dije claramente: "Sé que está mal, pero no sé si quizá tanto como para un 5". Creo que me vio tan desesperado que lo primero que hizo fue mirar el enunciado en el que aparecía la puntuación, y después de ver el 4.5 y mover la cabeza de un lado a otro varias veces, empezó a revisar mi ejercicio. Me explicó todo lo que estaba mal, que era mucho, y que había algunos errores que eran para haberme tachado todo el ejercicio. Como sabía que tenía razón, y no discuto con mi cerebro, le di la razón. Entonces ya empezó a decir, "aunque bueno, quizá en este apartado por estos ceros que has puesto pueda ponerte un 3 en vez de un 0". Obviamente me iba a aprobar y me estaba vacilando, pero en esos momentos de tensión ni siquiera me di cuenta, y lo primero que pensé es que me iba a dejar con un 4.8, pero después de 10 segundos interminables, me colocó un +2 en el otro apartado, y me puso el tan ansiado 5.0... En ese momento... vamos, debí resultar ridículo, porque le di las "muchísimas gracias" 800 veces y hasta le comenté que era mi última asignatura. De hecho, estuve a punto de darle una palmadita en la espalda, y si hubiera estado de pie posiblemente le habría abrazado :). Por cierto, este profesor (que pensé que era un secretario) me vio hundido cuando miré el tablón, y me preguntó por mi nota, y después de decirle que era un 4.5 dijo un apagado "vaya".
Al salir una compañera me preguntó a todo volumen si me habían aprobado (obviamente lo acababa de ver porque estaba delante mía y no paraba de girarse), le respondí que sí, me dio la enhorabuena, se enteró todo el mundo y me piré. Por supuesto fui a decírselo a mi colega rápidamente de lo emocionado que estaba, y también de la emoción casi me pilla un coche :S.
Y fin, mi último examen escrito de teleco :DD.
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