Narra los pensamientos y sucesos que le ocurren al protagonista, Thomas Sawyer, junto con otros amigos suyos, como Joe Harper o Huck Finn. Aunque no nos veremos reflejados en los actos que cometen, porque se sitúa en los EE.UU. del siglo XIX, desde luego los pensamientos son los mismos que tenía yo cuando era un canijo. Produce nostalgia y la típica sonrisilla tonta en varios momentos de la historia.

Si encuentro la segunda parte por casa, Las aventuras de Huckleberry Finn, me pondré ojos a la obra pronto.
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