Durante estos días se veía a los futuros novatos universitarios moverse por el campus. Iban (como la mayoría hicimos cuando entramos) con mamá, recalcando la idea de que aún son niños.

El lunes, en torno al 80% de la gente que había en Ciudad Universitaria iban a por el sobre de matrícula. Por un lado me halaga que la gente aprecie que aún soy joven y tengo pinta de universitario, pero vamos, que nada más que preguntarme todos por el rectorado de la Complutense... UPM rules! Además, no podían ser chiquitas guapas las que me preguntasen, claro, sino un padre y un hijo (que ambos me sacaban una cabeza), y una señora que bien podría ser mi madre... Una pena.
Dentro de tres o cuatro meses oiré en el autobús las típicas frases que oigo todos los años:
- Yo más o menos lo llevo al día (no has empezado aún a estudiar, te crees que con ir a clase vale).
- Esta la aprueba todo el mundo (será la única que apruebes en el primer cuatrimestre).
- En navidades me pongo al día con las asignaturas (JÁ que te lo has creído).
- El cuatrimestre que viene no me vuelve a pasar esto (comprobarás que sí, te lo dice la voz de la experiencia).
- Vamos a hacer una sentada porque no se puede permitir que nos hagan un examen así (esto mejor no digo nada...).
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